Estás ahí, cada día... mirándome fijamente sin decir nada.
Da igual si sonrío, lloro, acierto o me equivoco con las cosas que hago en cualquier momento, que yaces ahí, contemplándome desde lo lejos con una mirada tierna.
Como si fueras un padre viendo a su hija crecer.
¿Sabes? Me habría gustado conocerte...
Bueno, en principio te conocí, pero te fuiste demasiado pronto como para que mi cabecita fuera consciente de que tenía que guardar cada momento en mi memoria.
El único recuerdo que tengo tuyo... fueron unas navidades que me trajiste un trenecito de juguete para niños de tres a seis años.... y te sentaste a mi lado, para ayudarme a montarlo y poder jugar con él.
Tenía su cerdito, su ovejita, su vaquita, un pastorcillo... :) Me encantaba ese tren.
Y el resto... facetas tuyas. Sólo las conozco de historias que me cuentan mis padres y mis hermanos. Historias que envidio no haberlas vivido. Historias que cuentan lo grande que fuiste, y seguirás siendo.
Espero que sepas que aquélla niña de tres años te quería mucho... y te sigue queriendo.
Seguramente me hayas oído desde allá arriba, varias veces, lo mucho que te admiro y te echo de menos.
Me habría gustado crecer contigo cerca...
No hay comentarios:
Publicar un comentario