sábado, 17 de enero de 2009

¿Alguna respuesta?

¿Qué es la vida? ¿Qué es lo que hacemos en la vida? Trabajar para vivir, pero para luego, morir. Trabajamos como pequeñas hormigas para construirse su hogar y tener comida para cuando lo necesitemos. Pero, en nuestra sociedad hemos creado la tecnología, hemos evolucionado en cuanto a la sanidad, y por el egoísmo del hombre, apareció la economía, poniendo valor a los objetos, a los animales y hasta al mismo ser humano. Terminamos por darle valor a cada mínima parte de este pequeño mundo... Es también una simple forma de organizar a la sociedad... pero nuestras mentes subestiman el valor de tantas cosas...desde tan pequeños... ¿Por qué le damos más importancia a una piezas doraditas llamadas monedas o a un trozo de papel...más que a la misma vida? ¿Tanto dependemos del dinero? ¿Nos llega a dar la felicidad que queremos en la vida?

martes, 13 de enero de 2009

desesperados

Nos miramos todos a los ojos, tal vez iba a ser la última vez que les volvería a ver... nos despedimos. Cada uno tenía un palillo...en eso iba a consistir nuestro destino, en unos palillos: el propietario del palillo con la punta roja, tendría que salir por esa puerta y convertirse en la presa de una bestia aterradora. Esperaba detrás de la puerta, lo sabíamos todos...podíamos oírla respirar. El que saliera elegido por el azar, saldría delante de todos nosotros, con una estaca que habíamos encontrado en la habitación...intentar herirla para luego atacarla entre todos.

- A la de tres miramos los palillos- dijo uno, le temblaba la voz, parecía que iba a llorar.

Uno, dos y... tres. Abrimos las manos. Al principio, ninguno de nosotros dirigió su mirada a su mano, pero cuando cogimos aire y nos llenamos de valor, agachamos la cabeza y miramos a dónde se dirigía nuestra suerte.

Punta de color azul, no me ha tocado a mí. Levanté la cabeza en busca de a quién le había tocado el palillo rojo. No puede ser, no, él no. Prefiero salir yo antes de que salga él... pero yo soy demasiado débil y sé que no podría cumplir con mi misión.

El que se encontraba a mi lado, sin decir ninguna palabra, le dio la estaca al desafortunado, ni le pudo mirar a los ojos, solo miraba la estaca con los ojos inundados por las lágrimas.

Se acercó a la puerta:

- A la de tres saldré por la puerta, puede que ya no os vuelva a ver,- dijo con la garganta seca, todos nos encontrábamos en silencio.- espero que al menos vosotros encontréis la salida y salgáis con vida. Os quiero chicos.

Después de esto nos juntamos todos y nos dimos un abrazo. Lo necesitábamos.

Uno. Dos. Tres. Abrió la puerta y se puso en posición de guardia. Pero la bestia no apareció. Así que asomó la cabeza para encontrarse con ella, pero ahí no estaba. Nos dio una señal a todos, y nosotros extrañados, le seguimos. Fuimos todos en grupo lentamente por el pasillo, yo era de las últimas junto con una amiga. Él se paró.

-¿Lo oís? Está cerca...

Un grito estalló al lado de mi oreja. Mi amiga me arañó el hombro al intentar agarrarme para no ser devorada por esa monstruosidad. Le torció solo el tobillo, ya que todos reaccionamos y atacamos a ese ser. Entonces, acertó, el desafortunado por el azar le clavó esa estaca en el pecho, pero parecía que no le afectaba demasiado.

Todos asustados, cogimos a mi amiga y salimos corriendo intentando llegar a la dichosa puerta q nos llevaría al exterior. La bestia iba detrás de nosotros, estaba a punto de alcanzarnos cuando nos desviamos y nos metimos en la cocina. Ahí cogimos cuchillos, un mechero y una bombona con gas mientras ella daba golpes en la puerta intentando entrar. Nos escondimos detrás de una encimera. De repente ella entró. Respiraba un poco mal, por lo que podíamos saber más o menos dónde se encontraba. Cuando su respiración se oía lo bastante fuerte como para poder estar a nuestro lado, salimos y le lanzamos todos los cuchillos que habíamos encontrado, y luego creamos una llamarada de fuego que le envolvió y no dejó de quemarla. La bestia chillaba, y se movía de un lado para otro intentado calmar el dolor, pero no podía. Entonces, dejó de moverse. ¿Lo habíamos conseguido?
Salimos corriendo lo más rápido que pudimos, ya que yo cargaba con mi amiga. Ya veíamos la entrada, por fin. Abrimos la puerta, un rayo de sol. Por fin, libres de esa monstruosidad.