sábado, 15 de enero de 2011

Ahí estaba, tiritando de miedo; ciego y desorientado por esas lágrimas que no le dejaban ver bien. Todo estaba oscuro, no había ni un atisbo de luz que le diera esperanza...
Sentía frío... Estaba en el suelo, recogido, intentando darse calor... pero no era suficiente... hacía demasiado frío...
Miraba a cualquier sitio... gritaba desesperado, suplicando que alguien le respondiera... pero no había nada, no quedaba nadie...

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